fbpx

24 MAYO
01 JUNIO

2024

Miradas españolas: Nuestro cine enfoca a África

En una última cosecha de cine español en la que las películas que miran África han aumentado y algunas de ellas incluso han tenido múltiples nominaciones a los Goya y algunos premios, el FCAT vuelve a proyectar cine español- y andaluz-. Un puñado de títulos proyectados en Tarifa que nos darán las claves de la nueva relación entre España y África a través del cine, así como la imagen que se difunde en estas nuevas producciones.

Imágenes de archivo y memoria

Al igual que ocurre en nuestra sección Afroscope, las imágenes de archivo también nutren uno de los documentales de la sección Miradas españolas, Memorias de ultramar, de Carmen Bellas y Alberto Berzosa. Producido por la Filmoteca Española y usando imágenes de archivos de varias filmotecas del país, este largometraje se conforma por videos caseros realizados por familias que vivieron en las colonias, provincias y territorios bajo dominación española entre 1940 y 1975. Sus realizadores han usado 14 horas de material casero para construir un relato de 48 minutos sobre la España colonial africana (Sáhara, Tánger, Guinea Ecuatorial y Marruecos). Un retrato complejo y delicado porque el punto de vista actual poco tiene que ver con el de quienes hicieron las grabaciones durante esas más de tres décadas.

El FCAT programará, además, cinco filmes más de temática africana producidos en este país, como Anunciaron tormenta, de Javier Fernández Vázquez. Un dispositivo narrativo de gran inteligencia que aborda un tema poco documentado: la colonización española en Guinea contada desde unos archivos que durante años fueron «materia reservada», así como a través de la memoria oral de los guineanos. Con voces en off, el filme intenta reflexionar sobre los huecos, silencios y falsedades sobre la que se construye la historia colonial.

De esclavitudes y silencios

Cartas mojadas, de Paula Palacios, filme nominado al Goya como Mejor Documental, sigue a la tripulación de un barco de Open Arms viajando a Libia que intenta rescatar a inmigrantes naufragados en el Mediterráneo. Producido por Isabel Coixet, se trata de una película cruda que ejerce de testigo de lo que ocurre en el viaje migratorio: la lucha entre los guardacostas libios y las embarcaciones de rescate de las ONG europeas, las muertes, el rechazo en Lesbos. También el vergonzoso trato que Europa da a quienes finalmente consiguen el milagro. “Hace falta que se sepa la verdad”, dice Óscar Camps, director de Proactiva Open Arms, cuyo barco es también protagonista del filme.

Cachita, la esclavitud borrada, de Álvaro Begines, narra el silencio de los nuestros.Una de las escasas  producciones andaluzas de esta edición del FCAT es un documental que recupera la memoria de la esclavitud negra en Andalucía, una poderosa herencia que ha sobrevivido a los borrones de la historia. Por eso, son dignos de alabanza todos los que rompen la cadena más fuerte y peligrosa que pueda existir: la de la ignorancia. Y es que poco se conoce que en España hubo muchísimos esclavos negros entre los siglos XVI y XIX. En el documental desfilan personajes fascinantes como el negrero Pedro Blanco, el esclavo Juan Latino, que llegó a convertirse en catedrático de la Universidad de Granada, o Cándida La Negra, la última esclava. 

Pescado robado, es otro documental que sigue a tres habitantes de la costa de Gambia, uno de los países más azotados por la explotación foránea de sus recursos y por su salida violenta hacia la desagradecida Europa. Uno de los personajes a los que sigue, Abou Sene, refugiado en Sevilla, estará presente en el festival a partir del jueves 3 de junio. Una de esas almas sobre las que siempre ha planeado la idea de la migración, una realidad violenta e indeseable, que se ha convertido en la única salida (indigna) a la esperanza de un futuro.

Dirigida por la periodista y cineasta polaca Gosia Juszczak, su media hora de duración es suficiente para reconocer una voz firme en su creadora.  

Por último, Barzaj, de Alejandro Salgado, palabra que en árabe significa algo así como limbo, el estado intermedio entre dos cosas, gira en torno a ese limbo de una noche que parece eterna. Frente a un horizonte marítimo incierto, un grupo de jóvenes designados como “MENAS”esperan en Melilla el momento de alcanzar Europa. Una colección de momentos atravesados por la esperanza, los tiempos muertos (entre la añoranza y el futuro) de unos jóvenes libres y rebeldes a los que el  director sevillano retrata con una rara mezcla de verdad y poesía.

Marta Jiménez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *